En la bifurcación
es el ojo
el que me tiembla.
Es la palabra
la que me traiciona.
Son los pensamientos
los que me sorprenden.
Y ahí están las manos abiertas
tapándome de la pedrada.
el que me tiembla.
Es la palabra
la que me traiciona.
Son los pensamientos
los que me sorprenden.
Y ahí están las manos abiertas
tapándome de la pedrada.
1 comentario:
Aun respiras Carlos, tanto sin saber de ti me tenía preocupada.
Este poema, esta pintura como siempre sorprendiéndome tu obra.
Desde el fin del mundo, recibe un abrazo.
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