La Invitación
Los chillidos de los cerdos en el matadero,
es la atropellada procesión de las almas
empaladas en ardiente hierro y transportadas.
Su destino es el fuego. Y el diablo es el gondolero.
Mientras un rio de sangre se vuelca intenso,
inmenso,el rojo desbordante satura la pantalla.
El terror, silencioso, invade la oscura sala.
Y fríos los dedos se ensucian con kétchup y queso.
Las manos llenas de tensión buscan tus muslos,
de un salto me las apartas y viertes tu soda.
Una zombi que escapó es quemada por un mudo.
Increíble, película sin sexo y de moda,
ni un besito te he dado y que te dejes lo dudo.
Nunca volveré a esta sala barata de porra.
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